MUNDO
26 de abril de 2025
Último adiós a Francisco: la humanidad despidió al Papa que cambió la historia de la Iglesia

Más de 250.000 fieles y 148 delegaciones oficiales se reunieron en la Plaza de San Pedro para dar el último adiós al Papa argentino que, durante 12 años, transformó a la Iglesia en un faro de misericordia y cercanía.
La mañana de Roma amaneció bajo un cielo despejado que parecía rendir homenaje a una figura inmensa: el Papa Francisco. A las cinco de la mañana, hora argentina, comenzó en la Plaza de San Pedro una misa histórica presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, que reunió a cientos de miles de fieles de todo el mundo para despedir al primer pontífice surgido “del fin del mundo”.
Francisco, que había tomado las riendas de una Iglesia herida en 2013, fue recordado por su incansable trabajo a favor de los pobres, los migrantes y los olvidados. Durante su homilía, Battista destacó que, incluso enfrentando severos problemas de salud, el Sumo Pontífice “se entregó hasta el último día” y lideró una Iglesia “cercana a la gente, capaz de abrazar a todos sin distinción de credo”.
Entre lágrimas y oraciones, el mundo entero despidió no solo a un líder religioso, sino a una voz de compasión y de cambio global. Su féretro, cerrado tras tres días de homenajes, fue trasladado en un vehículo especial abierto, recorriendo seis kilómetros por el corazón de Roma, en un recorrido que evocó los antiguos desfiles imperiales y simbolizó su legado como pastor de todos.
El funeral de Francisco rompió récords de convocatoria y diplomacia: 148 delegaciones oficiales, entre ellas Palestina y Kosovo, se hicieron presentes, junto a diez monarcas y representantes de organismos internacionales. Nunca antes un Papa había reunido tal cantidad de líderes mundiales en su despedida.
La Argentina, su tierra natal, dijo presente pese a la polémica previa: el presidente Javier Milei, junto a funcionarios de su gabinete, participó finalmente de la ceremonia, luego de que el viernes no lograran llegar a tiempo para el último adiós al féretro en capilla ardiente.
Tras la emotiva misa, el cortejo fúnebre atravesó monumentos icónicos como el Coliseo y la Plaza Venezia hasta llegar a la basílica de Santa María la Mayor, donde el Papa Francisco fue sepultado. Un gesto cargado de simbolismo en honor al hombre que llevó el espíritu de Buenos Aires al centro mismo del catolicismo.
Concluido el funeral, el Vaticano dio inicio a los tradicionales “Novendiales”, los nueve días de duelo que honrarán la memoria del Papa antes del inicio del Cónclave que elegirá a su sucesor. Cada jornada estará dedicada a distintos sectores de la Iglesia, en una clara muestra de la universalidad que Francisco tanto impulsó durante su pontificado.
La muerte del Papa argentino cierra un capítulo transformador en la historia de la Iglesia. Su legado —de misericordia, justicia social y fraternidad universal— ya late en los corazones de millones, más allá de fronteras, religiones o lenguas. Como dijo Battista en su despedida: “Dios no se cansa de perdonar. Y Francisco, tampoco”.