Domingo 3 de Agosto de 2025

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MUNDO

3 de agosto de 2025

La economía de Trump tambalea: empleo en baja, inflación en alza y un boom que no llega

A seis meses del inicio de su segundo mandato, el presidente republicano enfrenta datos negativos sobre crecimiento, empleo e inflación. Mientras insiste en que la economía “está en auge”, los efectos de sus reformas empiezan a mostrar señales preocupantes.

La economía de Estados Unidos comienza a mostrar grietas serias en la “nueva era dorada” prometida por Donald Trump. A pesar del entusiasmo del presidente republicano al asumir su segundo mandato, los últimos indicadores económicos dejan en evidencia una desaceleración preocupante en el ritmo de crecimiento, generación de empleo e inflación.

Las cifras conocidas esta semana pusieron en alerta a economistas, empresarios y hasta a miembros de su propio partido. El informe laboral de julio reveló una fuerte caída en la creación de empleos, especialmente en el sector manufacturero, uno de los grandes caballos de batalla del discurso trumpista. Desde que se aplicaron nuevos aranceles en abril, se perdieron 37.000 puestos en ese rubro, contradiciendo la narrativa oficial de una reactivación fabril.

Además, la economía apenas creció un 1,3% anualizado en el primer semestre del año, una cifra que se compara desfavorablemente con el 2,8% registrado en el mismo período del año anterior. La inflación, por su parte, llegó al 2,6% interanual, impulsada por subas en productos importados como electrodomésticos, juguetes y muebles.

Promesas en entredicho

Trump se muestra reacio a reconocer los problemas. Esta semana, ante el informe laboral negativo, decidió despedir a la funcionaria a cargo de la oficina que elabora esas estadísticas, acusando sin pruebas una supuesta manipulación política de los datos. En su red Truth Social escribió que “la economía está EN AUGE”, desestimando por completo los informes técnicos.

El presidente ha impulsado en este segundo mandato una agresiva estrategia de aranceles, recortes presupuestarios y reformas impositivas con el objetivo declarado de fortalecer la economía doméstica. Sin embargo, los resultados concretos tardan en llegar, y las consecuencias negativas ya se sienten.

Estrategia de alto riesgo

Desde la Casa Blanca argumentan que se trata de una “turbulencia inicial” producto de las reformas estructurales y aseguran que, como en su primer mandato, las mejoras llegarán con el tiempo. “Lo mejor está por venir”, afirmó su vocero Kush Desai, defendiendo la receta de menos regulaciones, comercio más justo y alivio fiscal.

Pero analistas independientes advierten que el impacto de los nuevos aranceles recién se sentirá en su totalidad en 2026, año electoral clave. “Para lo poco que lleva en este segundo mandato, Trump ya generó un impacto económico inusualmente grande”, opinó Alex Conant, estratega republicano.

En paralelo, una encuesta de julio del centro NORC reveló que apenas el 38% de los adultos aprueba la gestión económica del mandatario, una caída significativa frente al 50% de apoyo que tenía al cierre de su primer gobierno.

Tensión con la Reserva Federal

Otra señal del nerviosismo del gobierno es la presión ejercida sobre la Reserva Federal. Trump reclama un recorte urgente de las tasas de interés para reactivar el consumo, pero los expertos temen que una baja prematura podría alimentar aún más la inflación. La reciente postura de dos directores de la Fed a favor de bajar las tasas –no por presión presidencial, sino por la caída del empleo– reavivó la controversia.

La política arancelaria también se volvió impredecible. El último paquete de impuestos a las importaciones, anunciado sin previo aviso, volvió a sacudir los mercados y revivió los temores de abril, cuando medidas similares provocaron un derrumbe bursátil.

¿Un modelo insostenible?

Voces críticas dentro y fuera de EE.UU. advierten que el rumbo actual puede derivar en una crisis más profunda. Incluso el expresidente Joe Biden, en una charla dada antes de dejar la Casa Blanca, alertó que “el que termina pagando los aranceles es el consumidor estadounidense” y calificó la estrategia como “un grave error”.

Por ahora, Trump mantiene su discurso optimista, pero las señales que llegan desde la economía real comienzan a desmentir la narrativa oficial. Si no logra revertir la tendencia en los próximos meses, el supuesto “boom económico” podría quedar solo en una promesa de campaña más.

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