MUNDO
10 de julio de 2025
Lula desafía a Trump: “Brasil no será tutelado por nadie”

Tras la amenaza de Donald Trump de imponer un arancel del 50% a productos brasileños por el juicio contra Bolsonaro, Lula da Silva respondió con firmeza: acusó al expresidente estadounidense de intromisión, defendió la soberanía judicial y prometió represalias comerciales. La escalada tensiona la relación bilateral y expone los riesgos de una política exterior condicionada por afinidades ideológicas.
Crisis diplomática entre Brasil y EE.UU.: Lula responde a Trump y advierte que no aceptará presiones externas
La tensión entre Brasil y Estados Unidos escaló bruscamente luego de que Donald Trump, en plena campaña por su regreso a la Casa Blanca, lanzara una ofensiva comercial contra el país sudamericano. El expresidente republicano anunció un arancel del 50 por ciento sobre todas las importaciones brasileñas como represalia por el juicio que enfrenta Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado. La respuesta de Luiz Inácio Lula da Silva fue inmediata y contundente: “Brasil no será tutelado por nadie”.
La escalada se desató luego de que el gobierno brasileño convocara al encargado de negocios estadounidense, Gabriel Escobar, para exigir explicaciones por una declaración de la embajada que calificaba el proceso judicial contra Bolsonaro como una “persecución política”. El Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño consideró la declaración una “intromisión indebida en los asuntos internos del país”.
Desde su plataforma Truth Social, Trump elevó el tono y calificó el juicio a Bolsonaro como “una vergüenza internacional” y “una caza de brujas”. En una carta dirigida personalmente a Lula, anunció la aplicación de un arancel generalizado del 50% a todos los productos brasileños exportados a EE.UU., y advirtió que si Brasil toma represalias, las tarifas subirán aún más. También ordenó investigar a Brasil por presuntas prácticas comerciales desleales y ataques a empresas estadounidenses del sector digital.
Uno de los elementos que Trump utilizó como justificación fue la decisión del juez Alexandre de Moraes de bloquear la plataforma Rumble en Brasil, tras la negativa de la empresa a cancelar la cuenta de un usuario acusado de difundir desinformación. Rumble es una red de videos preferida por sectores conservadores y nacionalistas, afines a Trump y Bolsonaro.
“Brasil es un país soberano”
Lula convocó de urgencia a sus ministros en el Palacio de Planalto y emitió un comunicado oficial en el que rechazó la amenaza comercial y aseguró que responderá en base a la Ley de Reciprocidad Económica. También desmintió que EE.UU. mantenga una relación comercial desfavorable con Brasil, señalando que el superávit estadounidense en los últimos 15 años asciende a más de 400 mil millones de dólares.
“El proceso contra Bolsonaro es competencia exclusiva del Poder Judicial brasileño. No aceptaremos amenazas ni interferencias que violen nuestra soberanía”, afirmó Lula. Recordó además que el Congreso aprobó este año un mecanismo legal para responder con sanciones comerciales a países que impongan barreras de forma unilateral.
Impacto económico y advertencia regional
Tras el anuncio de Trump, el real brasileño se desplomó un 2% frente al dólar y sectores industriales expresaron preocupación. La Confederación Nacional de la Industria (CNI) señaló que no existe ninguna razón económica que justifique semejante arancel, y pidió reanudar el diálogo bilateral.
Más allá de lo económico, la maniobra de Trump revive viejas prácticas de coerción comercial con fines políticos. El uso de tarifas aduaneras como herramienta de presión sobre decisiones judiciales de otro país representa un precedente alarmante para las relaciones internacionales.
La situación también despierta alertas en Argentina, donde el gobierno de Javier Milei ha oscilado entre la afinidad ideológica con líderes de derecha como Trump y Bolsonaro, y una política exterior sin rumbo claro. La ruptura pública entre Trump y Elon Musk —uno de los referentes tecnológicos predilectos de Milei— evidencia los peligros del seguidismo sin estrategia. La crisis entre Brasil y EE.UU. pone en evidencia cuán riesgoso puede ser no tener una agenda propia en el tablero geopolítico.