Domingo 4 de Mayo de 2025

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POLÍTICA

3 de mayo de 2025

Silencio, poder y un discurso que ya no convence: la Mendoza inmóvil de Alfredo Cornejo

En una provincia que acumula más de una década sin transformaciones reales, el gobernador inauguró un nuevo período legislativo con palabras gastadas, viejas excusas y una sociedad que empieza a despertar del relato oficial. Mientras tanto, los medios más poderosos siguen mirando para otro lado.

La escena se repite cada año, pero esta vez el eco fue más fuerte que las palabras. Alfredo Cornejo dio inicio a las sesiones ordinarias en la Legislatura con un discurso apagado, repetitivo y a la defensiva. Atrás quedó el tono triunfalista de otros años: lo que antes era relato sólido hoy suena hueco, y lo que alguna vez fue promesa, hoy es espejismo.

Tres gestiones lleva Cambia Mendoza conduciendo los destinos de la provincia. Cornejo —ya no como novedad, sino como síntoma— volvió a refugiarse en sus viejos pilares discursivos: ajuste fiscal, presión impositiva y su inagotable fe en una minería que nunca fue. A más de una década de instalarla como bandera, la “salvación minera” ya no entusiasma ni convence, menos aún en una sociedad que ha dicho reiteradas veces que si afecta al agua, la respuesta es no.

Una apertura sin contenido, ni horizonte

En su discurso no hubo anuncios transformadores ni reformas estructurales. El gobernador no arriesgó proyecciones concretas, ni mucho menos habló de proyectos a futuro. Optó por una oratoria defensiva, plagada de repeticiones y marcada por el vacío. Ni una palabra sobre los grandes temas que siguen pendientes en Mendoza: salarios deprimidos, fuga de talento joven, crisis habitacional, deterioro ambiental, precarización laboral y servicios públicos al borde del colapso.

La narrativa del “gobierno ordenado” empieza a desmoronarse cuando la realidad muestra que la sociedad mendocina no ha visto mejoras sustanciales desde el primer gobierno de Cambia Mendoza. ¿Hasta cuándo se puede culpar a la Nación? Cornejo ha convivido con presidentes de todos los colores políticos y, sin embargo, la ecuación provincial sigue inalterada.

El eterno camaleón político y la rosca sin fin

Fanatizado en la construcción de poder, Cornejo ha priorizado la rosca política por sobre la gestión real. De la Concertación con el kirchnerismo a los acuerdos con el macrismo, de Bullrich a los recientes coqueteos con Milei, su camaleonismo ideológico empieza a perder brillo. Tantos colores usados empiezan a desteñir, y el precio político que paga por ello comienza a subir.

Mientras tanto, el verdadero costo lo asume la ciudadanía mendocina, que sigue esperando políticas públicas que estén a la altura de sus necesidades y no de los equilibrios internos de un espacio cada vez más encerrado en sí mismo.

Una prensa sin preguntas, una provincia sin rumbo

Pero Cornejo no gobierna solo. Lo hace en una provincia donde los medios de comunicación más poderosos han elegido ser parte del blindaje antes que del control. La crítica política parece reservada para lo nacional; cuando se trata de Mendoza, los análisis desaparecen, los periodistas “independientes” se apichonan y el periodismo crítico se vuelve selectivo.

La apertura legislativa fue, en definitiva, una postal del presente mendocino: un gobernador cómodo, un discurso sin alma, medios en silencio y una provincia detenida en el tiempo. La pregunta inevitable es: ¿hasta cuándo?

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