Jueves 19 de Junio de 2025

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POLÍTICA

19 de junio de 2025

Recortes para todos, privilegios para pocos: Milei y su gabinete gastaron más de $1.700 millones en viajes oficiales

Mientras ajusta en salud, educación y jubilaciones, el gobierno libertario destinó cifras millonarias a vuelos privados, giras internacionales y traslados a provincias. El propio presidente lideró el ranking de gastos, con Karina Milei como figura clave en la organización de los viajes. La transparencia brilla por su ausencia.

En medio de un ajuste sin precedentes que golpea a jubilados, universidades y comedores populares, una investigación periodística dejó al descubierto una contradicción incómoda para el discurso libertario del gobierno de Javier Milei: el gasto oficial en viajes superó los $1.763 millones en apenas seis meses. Pasajes, hospedajes y viáticos millonarios contrastan con el relato de austeridad que sostiene el presidente.

El dato surge de un relevamiento realizado por la Red Federal de Periodismo e Innovación (RPI) y publicado por Chequeado, que detalla que los funcionarios nacionales realizaron 645 traslados en este período. Gran parte de esos desplazamientos fueron por actividades que poco o nada tuvieron que ver con gestiones urgentes o estratégicas para el país.

El propio Milei encabezó el ranking del gasto, con 17 viajes al exterior que lo mantuvieron fuera de Argentina durante casi dos meses, por un costo total de $1.280 millones. La gran mayoría de estos traslados se realizaron en vuelos privados, contratados a firmas como Flyzar y Pacific Ocean SA, empresas que mantienen vínculos con el círculo empresarial local. El caso más llamativo fue el viaje a la exclusiva cumbre de multimillonarios en Sun Valley, Estados Unidos: el Estado pagó $344 millones por ese traslado.

Todo esto mientras miles de jubilados sufren recortes, los docentes universitarios reclaman por salarios por debajo de la línea de pobreza y la salud pública enfrenta faltantes de insumos básicos.

La sombra de Karina Milei

Como en casi todas las acciones del Presidente, su hermana y secretaria general, Karina Milei, no estuvo ausente. De hecho, su secretaría fue la que más dinero destinó a viajes: $1.289 millones. Además, es el área que más resistencia puso a entregar información cuando se solicitaron detalles por vías oficiales.

La fundación Poder Ciudadano denunció que el Ejecutivo mantiene una política de transparencia selectiva. Algunos organismos entregaron información; otros, como la Secretaría General, directamente se negaron a responder.

Ministros en gira, resultados difusos

Entre los ministros, el que más veces viajó fue Luis Petri (Defensa), con 48 traslados, buena parte de ellos a Mendoza, su provincia natal. Le siguieron Patricia Bullrich (Seguridad) con 40 viajes —mayoritariamente dentro del país— y la excanciller Diana Mondino, con 34 salidas al exterior.

El viaje más caro de un ministro también fue de Petri: una gira por Europa para avanzar en la compra de aviones F-16 y acercar al país a la OTAN, que le costó al erario público $32 millones. Mientras tanto, se multiplican los despidos de empleados estatales y cierran comedores comunitarios en distintas provincias.

Entre la motosierra y los privilegios

El contraste es brutal: mientras el gobierno sostiene que el Estado es una organización “criminal” que debe ser recortada, el gasto en traslados oficiales crece sin control ni balances públicos. Los informes sobre los supuestos beneficios de esas misiones al exterior son prácticamente inexistentes. Solo quedan las fotos sonrientes en redes sociales y los discursos en foros ideológicos afines.

La promesa de “terminar con la casta” parece desdibujarse ante la evidencia de que el ajuste no es para todos por igual. Para el ciudadano común, motosierra. Para los funcionarios libertarios, alfombra roja.

Sin control ni explicaciones

El gasto público debería estar sujeto al control ciudadano, más aún en tiempos de crisis. Pero el gobierno de Milei, lejos de fortalecer la transparencia, profundiza el secretismo. El acceso a la información pública se convirtió en una carrera de obstáculos, en una administración que confunde transparencia con debilidad y austeridad con marketing político.

Mientras la mayoría de los argentinos se ajusta el cinturón, el círculo presidencial viaja cómodo, caro y sin rendir cuentas. La pregunta que queda flotando es: ¿Quién controla al que dice venir a controlar a todos?

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