Martes 29 de Abril de 2025

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POLÍTICA

29 de abril de 2025

Del “anti-casta” al “anti-prensa”: nueva estrategia libertaria

El asesor de mayor confianza de Javier Milei bajó línea interna en el oficialismo: la prensa será el nuevo enemigo público. Con el relato anti-casta desgastado, el Gobierno busca canalizar la bronca social contra los medios.

En una nueva etapa de confrontación discursiva, el Gobierno nacional decidió girar el eje de su narrativa política y ahora apunta directamente contra los medios de comunicación. Detrás de esta estrategia se encuentra Santiago Caputo, el principal asesor del presidente Javier Milei, quien ordenó a funcionarios y militantes digitales redoblar los ataques contra el periodismo. “La nueva casta es el periodismo”, sentenció, marcando así el tono de la campaña libertaria de cara a los próximos desafíos electorales.

Durante la campaña presidencial de 2023, el discurso contra la “casta política” le permitió a Milei construir un relato que conectó con diversos sectores sociales, desde trabajadores precarizados hasta empresarios millonarios. Sin embargo, en el ejercicio del poder, esa narrativa comenzó a perder eficacia. El libertario incorporó figuras del establishment como los Menem, Daniel Scioli y Patricia Bullrich, y se mostró dispuesto a negociar con actores del poder judicial, decisiones que contrastan con sus promesas de ruptura.

Ante este desgaste, el oficialismo eligió un nuevo blanco: el periodismo. Los ataques del presidente a comunicadores con nombre y apellido, como Marcelo Bonelli y Paulino Rodrigues, ya no responden a impulsos emocionales, sino a una estrategia sistemática alentada desde la cúpula libertaria.

La elección de un enemigo común no es una novedad. Desde los regímenes totalitarios del siglo XX hasta campañas recientes como la del Brexit o la de Donald Trump, este tipo de tácticas han buscado desviar el descontento social hacia figuras específicas. En la Argentina de Milei, los periodistas ocupan ahora ese lugar.

La ofensiva no queda circunscripta al ecosistema de trolls en redes sociales. Funcionarios y voceros del gobierno ya replican las formas y tonos de las milicias digitales: acusaciones públicas, descalificaciones y discursos que evocan épocas de persecución y censura. La instrucción de Caputo, quien según el propio Milei tiene más peso que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, no deja margen para dudas.

“La gente no odia lo suficiente a los periodistas”, habría dicho el presidente en una reunión reciente, reforzando el nuevo eje de confrontación. El objetivo es claro: reposicionar al gobierno como un outsider en guerra contra las élites, aunque ahora esas élites sean los trabajadores de prensa.

Con esta jugada, Milei y su círculo más estrecho apuestan a recuperar adhesiones alimentando una guerra cultural contra el periodismo. Pero también corren un riesgo: el de quedar en evidencia como un gobierno que, tras integrarse a la “casta” que prometía combatir, necesita nuevos enemigos para sostener su relato.

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