El plan de reformas impulsado por Javier Milei, centrado en la reducción del Estado, continúa generando polémicas. Esta semana, el veto al presupuesto universitario, el decreto para privatizar Aerolíneas Argentinas y el cierre de hospitales, como el Hospital Laura Bonaparte, son algunos de los ejemplos de medidas que, según críticos, buscan el desmantelamiento de servicios públicos esenciales. A pesar de que el presidente cuenta con respaldo en ciertos sectores del Congreso, la resistencia crece tanto en la oposición como en su propio círculo.

Desmantelamiento en salud y educación

La situación en el sistema de salud es particularmente crítica. El hospital Garrahan, que atiende a miles de niños de todo el país, enfrenta un vaciamiento progresivo, mientras otros centros de atención están cerrando sus puertas. La situación se agrava en un contexto de pobreza creciente, donde los recursos destinados a la alimentación y el acceso a servicios básicos son cada vez más insuficientes.

Un informe reciente de la Agencia Reuters reveló un alarmante incremento en la malnutrición infantil, especialmente en los barrios más pobres de Argentina. Enfermedades ligadas a la deficiencia de vitaminas, como el escorbuto, están reapareciendo, algo que los expertos no habían visto en el país. Según el reporte, más de un millón y medio de niños se ven obligados a saltarse una comida al día debido a la escalada de precios de los alimentos básicos.

El impacto económico y social

Aunque el gobierno de Milei destaca el aumento en la Asignación Universal por Hijo (AUH) como una respuesta a la inflación, esta medida resulta insuficiente frente a la magnitud de la crisis. Con una recesión brutal y la inflación fuera de control, los salarios reales han caído drásticamente. La AUH de 70.000 pesos por hijo está muy por debajo de la canasta básica, que actualmente supera los 400.000 pesos. Desde que Milei asumió la presidencia, seis millones de personas han caído en la pobreza, y tres millones están en la indigencia, incapaces de acceder a una alimentación adecuada.

La creciente movilización social

Las protestas masivas de esta semana reflejan el creciente descontento social. La percepción general es que la licencia social al proyecto económico de Milei está debilitándose. El ajuste económico, argumentan los manifestantes, se está realizando a costa de los salarios, los ahorros y las jubilaciones de los trabajadores.

Mientras tanto, varias figuras políticas que habían optado por el silencio han comenzado a alzar la voz nuevamente. Cristina Fernández de Kirchner, por ejemplo, ha reaparecido en el escenario político con una estrategia que parece anticipar la próxima campaña electoral, desafiada incluso dentro de su propio espacio político.

El futuro de la política argentina

Las recientes reformas en el sistema electoral, con la implementación de la boleta única, también están modificando el panorama político. Esta medida, que desengancha las elecciones nacionales de las locales, podría debilitar a los partidos políticos tradicionales y promover la entrada de figuras mediáticas sin una estructura partidaria detrás, lo que podría fragmentar aún más la representación parlamentaria.

En este complejo escenario, la Argentina enfrenta una encrucijada: la profundización de las reformas de Milei amenaza con desmantelar el Estado de bienestar, mientras la oposición y diversos sectores sociales intentan organizarse para frenar lo que consideran un proyecto destructivo. La incertidumbre se apodera del país, y el futuro político parece cada vez más impredecible.