En una respuesta contundente al megadecreto y la ley ómnibus promovidos por el presidente de Libertad Avanza, Javier Milei, el colectivo "Unidos por la Cultura" convocó a alrededor de mil personas en Mendoza para participar en un cacerolazo cultural. La protesta, que tuvo lugar en peatonal Sarmiento y San Martín, buscó destacar la preocupación por lo que consideran una "amenaza contra la cultura argentina".

Los manifestantes expresaron su inquietud sobre el posible desfinanciamiento de instituciones cruciales para el desarrollo cultural, como el Fondo Nacional de las Artes (FNA), el Instituto Nacional de Teatro (INT), el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip). En este contexto, los hacedores culturales mendocinos instaron a los legisladores nacionales a rechazar estas propuestas en el Congreso, argumentando que podrían tener un impacto negativo en el ámbito cultural y generar pérdida de empleo en el sector.

A pesar de la importante convocatoria, la manifestación transcurrió sin incidentes, a diferencia de la primera marcha que tuvo lugar en diciembre pasado. En esa ocasión, se desplegó un amplio operativo policial para garantizar la seguridad durante la protesta.

Los participantes enarbolaron carteles con consignas como "La cultura no se vende", "La cultura es identidad", "La protesta es un derecho", "Arte es trabajo" y "Basta de precarizar a los artistas", reflejando la diversidad de preocupaciones dentro del ámbito cultural.

Este evento se suma a otras manifestaciones similares, como la "música por necesidad y urgencia" que tuvo lugar el 30 de diciembre en diferentes puntos del país, consolidando así la oposición de diversos sectores culturales a las políticas impulsadas por el gobierno actual.