ECONOMÍA
5 de julio de 2025
Las familias al límite: crece la deuda y ya ni se paga el mínimo de la tarjeta

Un informe privado advierte que mayo y junio marcaron un nuevo deterioro en la capacidad de pago de los hogares argentinos. Crece la morosidad en créditos y tarjetas, mientras los salarios siguen por detrás de la inflación.
La situación financiera de las familias argentinas se agrava mes a mes. De acuerdo con un informe privado al que accedió este medio, durante mayo y junio se profundizó la incapacidad de los hogares para afrontar sus deudas, especialmente las vinculadas al uso de tarjetas de crédito. El dato más alarmante: cada vez más personas no logran siquiera cubrir el pago mínimo mensual.
Según la consultora LCG, el patrón observado en las tarjetas muestra una tendencia creciente al pago de montos apenas por encima del mínimo y un fuerte incremento de los que directamente no llegan a esa cifra. Aunque los datos oficiales del Banco Central aún no incluyen estos dos últimos meses, los indicadores disponibles hasta abril ya evidencian una suba de la morosidad: 4,6% en préstamos personales y 2,9% en tarjetas de crédito.
El informe advierte que esta dinámica ya comienza a impactar en el sistema financiero, al anticipar que “la mora del financiamiento a familias castigará el resultado de los bancos”, en el marco de las normas internacionales que obligan a calcular pérdidas crediticias esperadas.
El sueldo no alcanza
Uno de los factores clave detrás de este endeudamiento creciente es la pérdida de poder adquisitivo. Los préstamos a familias, tradicionalmente utilizados para apuntalar el consumo, están pesando cada vez más frente a ingresos que no logran acompañar la inflación.
El documento revela que, desde el piso mínimo de abril de 2024, los préstamos personales mostraron un fuerte repunte. Mientras tanto, el financiamiento vía tarjeta de crédito ya se encuentra en máximos históricos. “Resulta razonable concluir que las familias están teniendo dificultades crecientes para pagar sus deudas”, señala el reporte.
A este escenario se suma una proyección negativa: LCG anticipa una desaceleración en el crecimiento del crédito al consumo, lo que genera dudas sobre la posibilidad de sostener el nivel actual de gasto en los próximos meses.
Menos SUBE, más deuda
El deterioro del bolsillo también se refleja en otros indicadores. El Banco Central publicó recientemente su Informe Mensual de Pagos Minoristas, correspondiente a mayo, donde se detalla una caída del 9% interanual en la cantidad de viajes pagados con tarjeta SUBE: se realizaron 363,5 millones de trayectos, frente a los 442,1 millones de noviembre de 2023, antes del cambio de gobierno.
En paralelo, se observa un cambio en los hábitos de pago: la tarjeta de crédito desplazó a la de débito. En mayo, se registraron 181,9 millones de transacciones con crédito, por un total de $8,6 billones, con aumentos del 20,8% en cantidad de operaciones y del 29,9% en montos respecto al año anterior. En contraste, las transacciones con débito cayeron 25,2% en cantidad y 15% en montos, totalizando 176,9 millones de operaciones por $4,3 billones.
Realidad cruda: no se llega a fin de mes
El panorama se completa con los resultados de un sondeo de la consultora Moiguer, que revela el impacto real de la inflación en los sectores más vulnerables. Según la encuesta, el 70% de las personas en los segmentos de menores ingresos considera que su sueldo quedó por debajo de la suba de precios, mientras otro 20% apenas logra empatarle. Solo una minoría logra ganarle a la inflación.
En ese contexto, el 50% de los encuestados admitió no llegar a fin de mes y el 30% aseguró haber resignado gastos básicos para poder pagar servicios. Es justamente ese universo el que, según el informe, estaría alimentando la creciente deuda que hoy enciende las alertas en el sistema financiero.