El ministro del Interior, Guillermo Francos, aseguró este martes que el gobierno no tiene intenciones de retirar los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla para integrar la Corte Suprema, a pesar de la creciente presión política y judicial. La decisión obliga a la UCR a definir su postura de cara a la votación en el Senado, exponiendo las diferencias internas del partido.

Desde el bloque radical esperaban que el presidente de la bancada, Eduardo Vischi, convocara a una reunión con los gobernadores del partido y el Comité Nacional para fijar una posición unificada, pero la cita nunca se concretó. “No se hizo la reunión y veremos cómo vota cada uno el día de la sesión”, señalaron desde un despacho radical.

En paralelo, García Mansilla presentó un escrito ante el juez Alejo Ramos Padilla para defender su designación por decreto, argumentando que su nombramiento no es ni arbitrario ni ilegal. En su descargo, el jurista de la Universidad Austral subrayó que la Constitución habilita el mecanismo de designación en comisión y que su remoción solo puede darse a través del juicio político.

Sin embargo, su postura contrasta con lo que él mismo expresó en agosto pasado ante la Comisión de Acuerdos del Senado, cuando cuestionó el uso de decretos para designar jueces en la Corte. En aquel momento, García Mansilla sostuvo que no aceptaría un nombramiento por esa vía, en referencia al antecedente de 2016 con Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.

Mientras tanto, el peronismo en el Senado mantiene un fuerte hermetismo. Hasta la semana pasada, desde Unión por la Patria aseguraban que al menos 14 senadores estaban dispuestos a respaldar a Lijo, dejando un piso de 20 rechazos al magistrado. Para bloquear la designación en la Corte, se necesitan al menos 25 votos en contra, un escenario que aún está en disputa.

En el oficialismo, en tanto, algunos aliados sugieren que la estrategia del gobierno podría ser evitar que haya quórum en la sesión del Senado. “Hay senadores más preocupados por no perder el avión el feriado previo al 3 de abril que por sentarse en la sesión”, deslizó un legislador libertario, insinuando que la ausencia de algunos opositores podría permitir que los nombramientos por decreto se mantengan sin discusión parlamentaria.

Las miradas también están puestas en el sub-bloque peronista Convicción Federal, que recientemente marcó distancia de Unión por la Patria pero sin romper formalmente. Desde ese sector, sin embargo, descartaron cualquier maniobra para favorecer al gobierno en la votación.

Con un panorama incierto, la disputa por los pliegos de Lijo y García Mansilla se encamina a una definición clave en el Senado, donde la fractura del radicalismo y las negociaciones en la oposición serán determinantes.