POLÍTICA
24 de febrero de 2025
Milei resignó su política exterior y se alineó con Trump: de ferviente apoyo a Ucrania a una vergonzosa contradicción

Javier Milei dio un giro radical en su política exterior y dejó en evidencia su total sometimiento a Donald Trump. Luego de meses de respaldo incondicional a Ucrania y de elogios desmedidos a Volodímir Zelensky, el presidente argentino se abstuvo de votar en la ONU una resolución que condenaba la invasión rusa.
La decisión lo llevó a alinearse con Trump, incluso a costa de traicionar sus propias declaraciones y contradicciones flagrantes.
El Milei que abrazaba efusivamente a Zelensky en Davos y que condenaba la invasión de Putin ahora prefiere mirar para otro lado. Su gobierno, que hasta hace poco analizaba enviar ayuda militar a Ucrania y coqueteaba con un ingreso a la OTAN, hoy se suma a la postura de Trump, quien en su giro pro-ruso dejó a Kiev a la deriva y hasta sugirió que Ucrania debería ceder parte de su territorio a Putin para alcanzar la paz.
La contradicción de Milei es total y expone un nivel de sometimiento preocupante. No solo renunció a cualquier atisbo de independencia en política exterior, sino que, en su intento por seguir a Trump, quedó atrapado en una postura que hasta hace unos meses él mismo repudiaba.
De Zelensky a Putin, por orden de Trump
El cambio de posición del gobierno argentino se materializó este lunes en la Asamblea General de la ONU. La resolución impulsada por Ucrania y los países europeos recibió 95 votos a favor, 65 abstenciones y 18 rechazos. Entre los que votaron en contra estuvo Estados Unidos, que en un viraje sin precedentes se alineó con Rusia y copió el discurso de Putin, acusando a Zelensky de “dictador” y de haber malgastado la ayuda militar de Occidente.
Argentina, al abstenerse, quedó en la misma línea que gobiernos a los que Milei solía denostar como “comunistas”, como Colombia y Cuba. Pero más allá de con quién votó, lo relevante es por qué: Milei cedió su política exterior sin discusión y adaptó su discurso a los caprichos de Trump, aun cuando eso significara contradecir absolutamente todo lo que había dicho y hecho en el último año.
Un giro contradictorio y un mensaje preocupante
Milei hizo de Zelensky un símbolo de su gobierno. Lo invitó a su asunción, lo recibió en Suiza en una cumbre de paz, lo abrazó en Davos con emoción desbordante y hasta recibió la Orden de la Libertad de Ucrania. Además, su gobierno evaluó enviar ayuda militar a Kiev, intentó acercarse a la OTAN y en la ONU llegó a calificar la invasión rusa como “aberrante”.
Pero todo cambió cuando Trump decidió dejar de apoyar a Ucrania y Milei, sin dudarlo, se acomodó a la nueva directiva. Lo que queda en evidencia no es solo su falta de coherencia, sino su completa sumisión a la política de Estados Unidos, sin importar qué tan absurda o contradictoria sea.
Milei pasó de ondear la bandera ucraniana en redes sociales a mirar para otro lado cuando Europa ratifica su apoyo a Kiev. De condenar con vehemencia a Putin a abstenerse cuando se lo señala en la ONU. De declararse un defensor de la libertad a adaptarse sin reparos a la nueva línea de Trump, aunque eso signifique traicionar sus propias palabras.
El mensaje que deja su gobierno es claro: Argentina no tiene una política exterior propia. Su alineamiento con Estados Unidos no es estratégico ni ideológico, es una obediencia ciega, incluso cuando eso implique caer en la contradicción más humillante.