El escenario político argentino se recalienta con miras a las elecciones de 2025 tras un cruce público entre Mauricio Macri y Javier Milei. El líder libertario, en una reciente entrevista con Forbes Argentina, fue contundente al establecer los términos de un eventual acuerdo con el PRO: “O vamos juntos en todo o vamos separados. Trampas al electorado, no”. Estas palabras no solo pusieron presión sobre el ex presidente, sino que también abrieron interrogantes sobre la viabilidad de una alianza estratégica entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO.

Desde la tranquilidad de Cumelén, en Villa La Angostura, donde inició sus vacaciones, Macri respondió mediante sus redes sociales. En tono conciliador, destacó: “Acuerdo, porque esa fue siempre mi posición: poner todas las ideas sobre la mesa, cumplir con la palabra como nosotros hicimos este año, ser absolutamente transparentes con el electorado y, ante todo, cuidar la República”. Sin embargo, el intercambio lejos estuvo de calmar las tensiones, especialmente tras recientes desencuentros entre ambos espacios, como la fallida sesión en el Congreso para tratar el proyecto de Ficha Limpia, donde la ausencia de legisladores libertarios fue determinante para que no prosperara.

Uno de los puntos críticos en esta relación se centra en la Ciudad de Buenos Aires, bastión del macrismo desde hace casi dos décadas. Allí, Karina Milei, hermana y figura clave del libertarismo, busca disputar el poder al PRO, generando roces internos. En paralelo, Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño, analiza medidas que podrían incrementar la distancia entre ambas fuerzas, como el desdoblamiento de las elecciones locales y la eliminación de las PASO. Además, ha sumado a Laura Alonso como vocera institucional, fortaleciendo su equipo electoral en un gesto que marca su interés por mantener el control de la Ciudad.

Mientras tanto, figuras como Ramiro Marra, cercano a Milei, se muestran a favor de acuerdos tácticos con el macrismo, especialmente en la Legislatura. No obstante, dentro de LLA persisten dudas sobre la disposición del PRO para ceder espacios estratégicos. Esta dinámica no se limita a la capital: en provincias como Entre Ríos, el gobernador Rogelio Frigerio explora alianzas locales que podrían reconfigurar los bloques opositores y generar nuevas tensiones.

Para los analistas políticos, las posibilidades de un acuerdo integral entre ambos espacios dependen de cómo se gestionen las tensiones internas en los próximos meses. A pesar de compartir principios como la libertad y la transparencia, los desafíos logísticos y estratégicos complican el escenario. Milei, con su ultimátum, ha acelerado los tiempos de la campaña, dejando en evidencia que no tolerará indefiniciones. Por su parte, Macri apuesta por una narrativa de unidad y respeto institucional, aunque las diferencias en los territorios son cada vez más notorias.

El panorama electoral de 2025 se perfila como una prueba clave para ambas fuerzas. La capacidad de Milei y Macri para superar sus desencuentros y presentar una propuesta conjunta podría definir no solo el futuro de sus liderazgos, sino también el equilibrio de poder en la política argentina.