Ante los rumores sobre una posible falta de interés del Gobierno en aprobar el Presupuesto 2025, el Ejecutivo reafirma su postura en favor de la aprobación de esta “ley de leyes”. Sin embargo, reconocen que un rechazo en el Congreso no sería motivo de alarma, ya que han logrado gobernar sin presupuesto en el pasado y no descartan repetir esa estrategia.

La Casa Rosada considera que la aprobación del presupuesto brinda claridad y una estructura financiera, pero también admite beneficios al manejar las cuentas de forma discrecional, en caso de no contar con un marco legislativo. “Si el Congreso lo rechaza, toda la responsabilidad será de ellos, no de nosotros”, afirmó una fuente del oficialismo, sugiriendo que esta situación podría fortalecer la narrativa del Gobierno ante la opinión pública.

Una prioridad en la agenda, pero con flexibilidad

El Ejecutivo ha dado señales mixtas sobre sus intenciones. Desde Balcarce 50, voceros afirman que “la intención del Gobierno es aprobar el Presupuesto, ya que fue una propuesta del propio Presidente en septiembre”, mientras que otros sostienen que, aunque el objetivo sigue siendo su aprobación, el escenario sin presupuesto no sería desfavorable para el oficialismo.

Por su parte, una figura libertaria en el Congreso reafirmó la disposición de su bancada a facilitar el proceso: “No hay trabas de nuestra parte. Trabajamos para que el presupuesto se apruebe antes del 30 de noviembre”. De no lograrse en sesiones ordinarias, el Presidente Javier Milei podría convocar a sesiones extraordinarias para tratar el tema antes de fin de año.

Las ventajas de contar con un presupuesto aprobado

En defensa del presupuesto, algunos actores parlamentarios enfatizan que un marco financiero claro es esencial para un Ejecutivo comprometido con cumplir las directrices presupuestarias. “Los presupuestos son problemáticos cuando el Presidente no los cumple, pero aquí sabemos que hay voluntad de seguir los lineamientos”, indicó un congresista en diálogo con medios.

Sin embargo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dejó entrever que la falta de un presupuesto aprobado no representa un obstáculo insalvable. En una entrevista radial, Francos señaló: “El equilibrio fiscal es fundamental, pero si no se aprueba, podremos manejarnos con los valores actualizados de 2023, lo cual nos da mayor discrecionalidad”. Francos recordó que el Gobierno ya ha demostrado su capacidad para operar sin un presupuesto, y que esta flexibilidad puede incluso facilitar ciertas decisiones administrativas.

Presión de gobernadores y liderazgo parlamentario

La voluntad de los gobernadores de aprobar el Presupuesto 2025 se ha hecho evidente, y estos han transmitido su interés al Gobierno. También algunos diputados y senadores expresaron la importancia de debatir y participar en esta legislación clave. “Queremos ser parte de este Presupuesto y discutirlo en profundidad”, afirmó un diputado nacional.

José Luis Espert, presidente de la comisión de Presupuesto, lidera las negociaciones finales y se ha convertido en una presencia frecuente en la Casa Rosada. Espert, junto a Santiago Caputo, Lisandro Catalán y José “Cochi” Rolandi, de la Jefatura de Gabinete, encabeza los esfuerzos para consolidar un acuerdo antes del fin de las sesiones ordinarias.

El desenlace: aprobación o continuidad sin presupuesto

Con un cronograma que avanza rápidamente y bajo la atenta mirada de diversos actores, el Gobierno mantiene la expectativa de aprobar el Presupuesto 2025, pero también se muestra preparado para un escenario alternativo. La postura ambigua del oficialismo sugiere que, aunque la aprobación sería preferible, la falta de consenso en el Congreso no será vista como un obstáculo para la gobernabilidad.