El Gobierno ha respondido con celeridad esta semana, presentando una serie de temas de alta relevancia tanto social como política, en un intento por recuperar el control de la agenda tras el rechazo al mega DNU en el Senado. La propuesta de integración de la Corte Suprema, la anticipación de medidas en seguridad interior y el decreto sobre jubilaciones destacan entre una variedad de iniciativas que abren nuevos frentes de debate. Sin embargo, el elemento distintivo y más comentado ha sido el posicionamiento de Victoria Villarruel.

La vicepresidente ha reafirmado su determinación de mantener un perfil propio, marcando su primera entrevista desde su asunción en el Senado. Tanto Javier Milei como el Gobierno han mostrado, en primera instancia, una voluntad de contener la situación, evitando una escalada de tensiones. Esto es significativo, especialmente después de los esfuerzos por distender el clima generado por el tratamiento del mega DNU en el Senado.

A diferencia de ocasiones anteriores, las redes sociales no han sido utilizadas como plataforma para atacar a Villarruel, y los comentarios oficiales han buscado enmarcar sus declaraciones como simples "opiniones divergentes", parte del panorama interno del oficialismo. Queda claro que amplificar la controversia resultaría contraproducente en este momento.

La entrevista de Villarruel ha dejado en claro dos puntos importantes, más allá de la interpretación que se haga dentro del oficialismo. Por un lado, revela un cierto cambio en su estrategia personal: un perfil más discreto para resaltar su rol institucional, con un cuidado especial en la relación con los líderes de bloque y contactos con dirigentes de otros sectores políticos y gobernadores. Además, sus declaraciones han puesto énfasis en temas que ya están generando debate, como el rol de las Fuerzas Armadas en la lucha contra el narcotráfico y cuestiones relacionadas con la Corte Suprema.

Milei ha propuesto dos nombramientos para el máximo órgano judicial, lo que añade otro elemento al panorama político actual. Villarruel ha expresado su discrepancia con la nominación del juez federal, sugiriendo incluso que el lugar dejado por Highton debería ser ocupado por una mujer. Este reclamo refleja cuestionamientos más profundos entre legisladores y se refleja también en los planteos de entidades profesionales.

En cuanto a la participación militar en operaciones de seguridad interior, impulsada por la situación en Rosario, Villarruel ha mostrado un rechazo directo a esta iniciativa. Este tema anticipa un debate intenso en el Congreso en los próximos días. Por otro lado, el cambio en la fórmula para actualizar las jubilaciones, confirmado finalmente mediante un DNU, ha sido respaldado sin fisuras por el Gobierno.

El oficialismo busca restarle importancia a las críticas provenientes de sectores más propensos a la negociación política. La reactivación de las negociaciones para un acuerdo político y fiscal ha sido la primera respuesta del oficialismo ante el rechazo al mega DNU en el Senado. Los anuncios recientes plantean nuevos interrogantes sobre el futuro del Congreso y la dirección que tomarán los debates políticos en los próximos meses.