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POLÍTICA

1 de noviembre de 2023

El PRO y La Libertad Avanza ya están organizando la fiscalización para el balotaje

Con vistas al balotaje del domingo 19 de noviembre, referentes de ambas fuerzas comenzaron a delinear la mejor forma de fiscalizar los comicios, tarea que el 22 de octubre pasado recayó en parte en el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo, quien ahora se distanció de la fuerza de Javier Milei.

En la provincia de Buenos Aires se precisarían no menos de 45 mil fiscales.
Los principales referentes del PRO y de La Libertad Avanza (LLA) comenzaron a organizar el amplio operativo de fiscalización del balotaje del 19 de noviembre, que incluirá la participación de unos 100.000 fiscales en todo el país.

Luego de que la excandidata presidencial de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich y el expresidente Mauricio Macri anunciaran públicamente su respaldo al postulante de LLA, Javier Milei, rumbo a la segunda vuelta electoral, en las últimas horas se produjo el primer encuentro para organizar la fiscalización entre ambas fuerzas políticas.

De la reunión, según pudo saber Télam, participaron en representación del PRO el diputado nacional Cristian Ritondo, el senador José Torello y la exdiputada Paula Bertol, mientras que por LLA estuvieron la excandidata a gobernadora bonaerense Carolina Píparo, Sebastián Pareja y Guillermo Ferraro.

Desde el partido fundado por Macri también se aportará al operativo fiscalización los nombres del exministro de Transporte Guillermo Dietrich y del exministro de Trabajo Jorge Triaca.

 
Los números indican que una fuerza política que quiera tener una buena estructura de fiscalización necesita a nivel nacional 100.000 personas.


Uno de los focos de este relevamiento electoral estará en la provincia de Buenos Aires, donde son necesarios unos 40.000 fiscales, y en este distrito, será Ritondo quien comande el operativo en nombre del PRO.

En la provincia de Buenos Aires hay 40.201 mesas, y debe haber un fiscal en cada una, y a eso hay que sumarle uno o dos responsables de escuela o fiscales generales por cada lugar de votación. De esta forma, LLA necesitaría 45.000 personas para supervisar el desarrollo de los comicios de segunda vuelta en la provincia más grande del país.

Otra de las estructuras que el PRO facilitará a la fiscalización de La Libertad Avanza es el grupo llamado G25, una red de militancia joven del partido desperdigada por todo el país.

Fuentes del partido con experiencia en varias elecciones indicaron que "es imprescindible que los fiscales que están sentados en las mesa tengan experiencia en elecciones anteriores, y preferentemente sean parte de la militancia".

"Los voluntarios -agregan los mismas voceros- pueden cumplir labores secundarias, pero muchas veces ocurre que no se terminan presentando en los colegios donde se vota".

En este sentido, se intentará evitar lo ocurrido en las elecciones generales, donde La Libertad Avanza confió parte de la fiscalización en el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo quien, según se debatió en el encuentro de este lunes, no cumplió con la cantidad de fiscales que necesitaban.

En este esquema, también habrá que ver cómo juegan los 10 gobernadores de JxC que fueron elegidos durante este año: algunos de ellos están cercanos al PRO, mientras que otros se inscribieron en la postura de neutralidad de cara al balotaje que promueven espacios de JxC como el radicalismo, la Coalición Cívica y los dirigentes que tiene afinidad con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

 
A nivel nacional, según se empezó a delinear en la reunión, la idea es que las responsabilidades de fiscalización se dividan por mitades entre el PRO y LLA.


En la provincia de Buenos Aires, se busca que el PRO le garantice a Milei unas diez mil personas, mientras que el resto será aportado por la fuerza política de ultraderecha que encabeza Milei y otros voluntarios.

Las fuentes también aclaran que esta elección será más fácil de fiscalizar, al haber una sola boleta de una sola categoría, aunque esto no implica que se vayan a necesitar menos fiscales.

Sobre cómo se reparten las tareas el día de la elección, las fuentes indican que "el fiscal está todo el día sentado en la mesa con el Presidente de mesa, y controla el cuarto oscuro cada diez votantes para que estén las boletas, y luego es responsable de firmar el acta de escrutinio".

 
Los responsables de escuela -se calcula uno cada ocho mesas electorales- asisten a los fiscales y los reemplazan cuando se tienen que levantar de la mesa por cualquier motivo.
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Quienes tienen experiencia en fiscalizar elecciones para el PRO desde hace años explicaron a esta agencia que "nadie puede garantizar una presencia en el 100% de las mesas de todo el país" pero "sí intentar cubrirlas en su mayoría, y estar atentos a las tendencias en cada provincia, zona y barrio".

"Lo que no puede ocurrir, y eso se debe a falta de fiscalización, es que en una zona determinada un candidato tenga un promedio de 80 votos por mesa y en una escuela a las pocas cuadras tenga cero votos", indicaron.

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