El gobierno de Mauricio Macri en Argentina marcó un importante aumento en los niveles de endeudamiento de las provincias argentinas. Mendoza, por ejemplo, tuvo a Alfredo Cornejo como gobernador durante este período, quien heredó una situación económica difícil en 2015 y vio cómo la deuda pública provincial se quintuplicaría en los próximos cuatro años bajo el gobierno de Juntos por el Cambio.

Aunque la deuda había estado disminuyendo constantemente desde el pico catastrófico de 2001-2002, con la única excepción fugaz del año posterior a la crisis internacional de 2008, la emisión de bonos por 500 millones de dólares en mayo de 2016 supuso un punto de inflexión para Mendoza.

El bono emitido por Cornejo invirtió la relación en la composición de la deuda pública mendocina, que pasó a estar compuesta por dos tercios en dólares y el restante en moneda nacional, a diferencia de lo que había sido hasta ese momento donde la proporción era a la inversa. Además, la tasa acordada para el bono fue del 8,37% en dólares, lo que significa que la provincia quedó supeditada a variables que exceden los márgenes de maniobra provinciales, como la cotización de una moneda extranjera.

Las sucesivas devaluaciones y presiones ejercidas desde entonces incrementaron los valores nominales de la deuda en pesos, lo que se tradujo en una creciente sombra de servicios de deuda sobre una porción cada vez mayor del presupuesto provincial. En mayo de 2020, Mendoza cayó en default y, aunque logró reestructurar una parte de la deuda, intentó emitir nueva deuda para pagar la vieja, lo que fue cuestionado por la oposición.

En este contexto, el gobierno mendocino se encuentra ante un futuro inmediato difícil, con vencimientos en dólares que permanecerán por encima de los 100 millones de dólares anuales hasta 2028. La creciente dependencia de envíos centrales pone a la provincia ante un futuro tan inmediato como difícil, lo que se traduce en bajos niveles de salarios públicos y privados y la retracción de la obra pública.

En los últimos ocho años, la economía mendocina cayó casi 4 puntos si el actual gobernador, Rodolfo Suárez, no logra resolver el nudo que le heredó Cornejo con una reestructuración, el temor es a una profundización del ajuste fiscal. Por el momento, se impone el sutil mecanismo de hacer que los sueldos crezcan por debajo de la inflación y la reorientación de las finanzas del Estado provincial hacia el pago de vencimientos de deuda.