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POLÍTICA

24 de octubre de 2025

En la antesala electoral, como llega el gobierno de Milei?

El breve optimismo financiero tras los rumores de un repunte oficialista se esfumó. Con el Riesgo País por encima de los 1.200 puntos, bonos y acciones sin recuperación y presión sobre el tipo de cambio, el mercado da por hecho un inminente salto del dólar, gane o pierda Milei.

La calma duró menos de 24 horas. Tras un jueves de euforia en los mercados ante la posibilidad de un resultado electoral favorable al oficialismo, el viernes devolvió a la economía argentina a su escenario habitual: volatilidad, fuga hacia el dólar y un clima de fuerte desconfianza. El Riesgo País volvió a instalarse por encima de los 1.200 puntos, los bonos y acciones se movieron sin tendencia definida y el tipo de cambio tocó el techo de la banda, en una jornada marcada por la incertidumbre a dos días de las elecciones legislativas.

Los operadores financieros coinciden en una certeza: a partir del lunes, gane o pierda Javier Milei, el esquema cambiario sufrirá modificaciones. La expectativa devaluatoria domina la escena, impulsada por la idea de que el peso se encuentra sobrevaluado y requiere una corrección urgente.

En los últimos días, el Gobierno y sus aliados externos intentaron contener la presión cambiaria con intervenciones millonarias. Desde la derrota electoral en Buenos Aires —considerada un plebiscito para el presidente—, se liquidaron más de 5.000 millones de dólares en el mercado oficial. Según estimaciones privadas, el Banco Central aportó 1.156 millones, el Tesoro argentino 2.107 millones y el Tesoro de Estados Unidos —bajo el mando del secretario Scott Bessent— otros 1.800 millones.

A pesar de ese esfuerzo, el dólar mayorista cerró este viernes en $1.492, el MEP en $1.549 y el contado con liquidación en $1.567. Los bonos de referencia, el AL30 y el GD30, retrocedieron 0,8% y 0,6% respectivamente, mientras el Merval se mantuvo neutro en divisas.

Ni siquiera la presencia del CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, en Buenos Aires, con reuniones de alto nivel junto al presidente Milei y el ministro Luis Caputo, logró mejorar el humor del mercado. Las expectativas siguen congeladas: la economía real continúa en recesión, con la industria, el comercio y la construcción paralizados, mientras el sector financiero y los rubros extractivos apenas muestran leves señales de reactivación.

En el plano político, la mirada de los fondos internacionales está puesta en la capacidad del gobierno para reconstruir poder y garantizar apoyo legislativo a las reformas estructurales. Desde Washington, tanto Donald Trump como Bessent insisten en que Milei debe recomponer vínculos con sectores de la oposición moderada y demostrar gobernabilidad.

El contraste de diagnósticos es evidente: mientras los inversores locales apuestan por una devaluación que reactive la economía real, los fondos extranjeros prefieren una continuidad del modelo libertario, aunque eso implique salarios deprimidos y menor actividad interna. Ambos modelos coinciden en el objetivo del superávit fiscal, pero divergen en la forma de alcanzarlo: unos apuntan a la recuperación productiva, otros al ajuste permanente del Estado.

Con la economía frenada, el dólar en ascenso y los mercados a la defensiva, el Gobierno llega a las elecciones en un clima de tensión máxima. Pase lo que pase en las urnas, la presión por un cambio en el régimen cambiario y la necesidad de señales políticas claras serán inevitables desde el lunes.

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