ECONOMÍA
25 de junio de 2025
El doble discurso de Milei: aprieta el cepo a las tarjetas en el extranjero

Desde el 1 de julio, los bancos deberán informar en detalle cada operación con tarjetas en el extranjero. La medida, impulsada por ARCA, contradice el discurso libertario del Gobierno y apunta a frenar la salida de dólares por turismo.
El Gobierno endurece el control sobre las compras en el exterior, pese a su prédica libertaria
Mientras el presidente Javier Milei sostiene públicamente un discurso de apertura y desregulación económica, su gestión avanza en sentido contrario. A partir del 1 de julio, entrará en vigencia una resolución que refuerza el monitoreo sobre las compras realizadas con tarjetas de crédito y débito fuera del país. La medida fue dispuesta por la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), sucesora de la AFIP.
Se trata de la Resolución General 5662, publicada el pasado 10 de marzo, que obliga a los bancos a proporcionar datos minuciosos sobre cada transacción realizada por argentinos en el exterior. Entre la información exigida figuran: número de tarjeta, marca, país de la operación, nombre del comercio, monto en moneda extranjera y en pesos, y el rubro del comercio.
Aunque en principio no habrá impacto directo para los usuarios, el nuevo esquema de control permitirá al Estado una mayor capacidad de fiscalización, abriendo la puerta a eventuales acciones contra operaciones consideradas irregulares. Así, en nombre de la transparencia fiscal, el gobierno refuerza herramientas de control que van a contramano de sus propias promesas de desburocratización.
Control encubierto para frenar la salida de dólares
La contradicción no es solo discursiva. En medio de una creciente fuga de divisas por el turismo internacional y con un tipo de cambio relativamente bajo, el gobierno parece haber encontrado en esta medida una forma indirecta de desincentivar el gasto en el exterior.
Según estimaciones privadas, la balanza turística podría cerrar el 2025 con un déficit cercano a los 10.000 millones de dólares. Ante este panorama, además del control sobre las transacciones, el Ejecutivo también evalúa modificar la forma en que se difunden las estadísticas sobre el consumo turístico. Así lo anticipó días atrás el secretario de Turismo, Daniel Scioli, quien dejó entrever que se podrían reordenar los datos oficiales para “dar una imagen más precisa del fenómeno”.
El refuerzo del control a los consumos en el exterior y la manipulación de indicadores revelan una estrategia doble: mientras se proclama libertad económica, se avanza con decisiones de tinte fiscalista y opaco. Una tensión permanente entre el relato y la realidad que empieza a marcar el rumbo del segundo semestre.