Viernes 24 de Enero de 2025

Hoy es Viernes 24 de Enero de 2025 y son las 03:34 -

POLÍTICA

12 de enero de 2025

Tensión interna en el peronismo: sin acuerdo entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof, crecen las dudas

El peronismo enfrenta desafíos clave en la Provincia de Buenos Aires mientras se multiplican los conflictos en otras jurisdicciones. La relación deteriorada entre la expresidenta y el gobernador bonaerense pone en jaque la unidad del espacio político en un año electoral.

El 2025 arranca con turbulencias en el peronismo. Las disputas internas y la falta de una estrategia electoral clara están marcando el pulso de un espacio político que, históricamente, ha hecho de la unidad su principal fortaleza. Sin embargo, la relación entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, dos figuras clave dentro del movimiento, atraviesa uno de sus peores momentos, lo que agrava las tensiones en la Provincia de Buenos Aires y más allá.

Desde La Plata, fuentes cercanas al gobernador bonaerense reconocen que el vínculo con la expresidenta está “deteriorado”. Aunque confían en que eventualmente se pueda recomponer, la comunicación entre ambos es esporádica y los acuerdos parecen lejanos. Mientras tanto, Kicillof avanza con una estrategia propia, reforzando su presencia territorial y construyendo un frente electoral con miras a las elecciones de este año, desafiando la tradicional centralidad de Cristina en las decisiones del peronismo.

El desafío del desdoblamiento electoral

Uno de los principales puntos de conflicto entre ambos líderes es la posibilidad de desdoblar las elecciones en la Provincia de Buenos Aires. Cristina Kirchner dejó claro, en una cumbre de unidad realizada en Moreno el año pasado, que los comicios deben unificarse con los nacionales para centrar el debate en una cuestión crucial: frenar el avance de Javier Milei y su espacio político, La Libertad Avanza. Sin embargo, Kicillof parece no compartir esa visión y evalúa alternativas que refuercen su liderazgo local.

Esta disputa se produce en un contexto complicado para el gobernador, quien arranca el año sin haber conseguido la aprobación del presupuesto y con relaciones tensas con varios intendentes de su propio espacio político. Los primeros meses del 2025 serán clave para que Kicillof demuestre su capacidad de liderazgo y para que su estrategia de autonomía se consolide o fracase.

Conflictos que trascienden la provincia

La falta de unidad no es exclusiva de Buenos Aires. En Santa Fe, los desacuerdos en torno a la lista de convencionales constituyentes complican la situación, mientras que en Tucumán persiste una feroz interna entre Osvaldo Jaldo y Juan Manzur. A esto se suman las fracturas en los bloques legislativos, donde tanto diputados como senadores evalúan dividirse en bloques independientes.

En la Ciudad de Buenos Aires, las tensiones también están a flor de piel. Juan Manuel Abal Medina, cercano a Kicillof, anunció su intención de competir en una interna contra el candidato a senador nacional que impulse el cristinismo, posiblemente Mariano Recalde. Este episodio, aunque local, refleja el mismo patrón: una fractura en el liderazgo de Cristina Kirchner y el surgimiento de sectores que buscan mayor autonomía.

Massa, el punto de equilibrio

En medio de este clima de incertidumbre, Sergio Massa emerge como un factor de equilibrio. El ministro de Economía mantiene diálogo con ambas partes y sostiene que el peronismo solo podrá ser competitivo este año si se mantiene unido. No obstante, advierte que cualquier fractura tendrá un costo político significativo que alguien deberá asumir.

¿El fin de una era?

La inestabilidad dentro de Unión por la Patria (UP) refleja un cambio de paradigma en el peronismo. Mientras el cristinismo lucha por mantener su influencia, sectores vinculados a Kicillof plantean la necesidad de una renovación generacional y política. Aunque el gobernador bonaerense no se perfila necesariamente como el líder de esta nueva etapa, su figura simboliza un quiebre.

Cristina Kirchner, por su parte, encara el desafío de demostrar que aún tiene capacidad de ordenamiento y liderazgo dentro del movimiento. Su rol como presidenta del PJ será puesto a prueba en los próximos meses, marcando el rumbo no solo de las elecciones de este año, sino del futuro del peronismo.

El escenario es incierto, pero una cosa está clara: el 2025 será un año decisivo para un movimiento político que enfrenta su mayor desafío interno en décadas. La pregunta que queda por responder es si el peronismo logrará superar sus diferencias y presentarse como un frente unido o si, por el contrario, las divisiones internas marcarán el inicio de su declive.

COMPARTIR: