En un gesto inesperado, el presidente Javier Milei hizo pública su ruptura con la vicepresidenta Victoria Villarruel, una situación que llevaba meses gestándose en privado. Durante una entrevista concedida el Día de la Soberanía Nacional, Milei señaló que Villarruel “no forma parte del gobierno” ni tiene “injerencia en la toma de decisiones”, marcando un punto de no retorno en la relación entre ambos.

La confrontación estalló en un contexto donde, según las encuestas, Milei superó por primera vez en imagen positiva a su compañera de fórmula, debilitando aún más la posición de Villarruel. Desde la Casa Rosada, las sospechas sobre las intenciones de la vicepresidenta crecen, señalando que podría estar trabajando en una candidatura propia para 2027, ya sea como presidenta o como gobernadora de la provincia de Buenos Aires.

La estrategia de Milei: excluir a Villarruel

El alejamiento de Villarruel no es nuevo. Según fuentes cercanas al gobierno, Karina Milei y Santiago Caputo, figuras clave del círculo presidencial, criticaban desde hace meses a la vicepresidenta en privado. Sin embargo, Javier Milei había optado por mantener la diplomacia institucional. Esto cambió drásticamente en su entrevista con Esteban Trebucq, donde Milei rompió su silencio y “ralló la cancha” al dejar claro que Villarruel no tiene cabida en su proyecto político.

Además, el mandatario insinuó que su hermana, Karina Milei, podría ocupar un rol aún más destacado en su futuro político, aludiendo al impacto de “la repostera” en los logros de su gestión. La idea de una fórmula Milei-Milei para 2027 ya circula entre sus seguidores más fieles, alimentando rumores sobre el futuro del oficialismo.

Villarruel, en el silencio y bajo sospecha

Mientras tanto, Victoria Villarruel ha optado por no responder directamente a las declaraciones del presidente, aunque algunos allegados aseguran que estaría considerando salir al cruce públicamente. Según un funcionario de la Casa Rosada, la vicepresidenta podría seguir el ejemplo de Daniel Scioli, quien soportó una relación tensa con Néstor Kirchner y luego fue impulsado como candidato por el mismo espacio político. Sin embargo, las diferencias de estilo entre Milei y Kirchner hacen poco probable un desenlace similar.

Crisis institucional en puerta

El enfrentamiento entre las principales figuras del Ejecutivo ha encendido alarmas en el ámbito político. Aunque Milei no contempla pedirle la renuncia a Villarruel, la falta de confianza en ella es evidente entre los funcionarios y legisladores oficialistas. Por ahora, en el Senado reina el silencio, pero el clima tenso podría derivar en complicaciones para la aprobación de leyes clave.

En este escenario, el futuro político de ambos es incierto. Mientras Milei avanza en su estrategia para consolidar el poder, Villarruel enfrenta un dilema: mantenerse en el cargo bajo estas condiciones o iniciar su propio camino político. Lo único seguro es que la relación está rota, y el impacto de esta crisis podría repercutir más allá del actual gobierno.