La vicepresidenta Victoria Villarruel ha decidido romper el silencio tras las contundentes críticas públicas del presidente Javier Milei, que evidencian la creciente tensión dentro del oficialismo. Durante una reunión con su círculo íntimo en su despacho del Senado, Villarruel resolvió que hará aclaraciones sobre los dichos del mandatario, aunque aún no ha definido el formato ni el momento para hacerlo. Fuentes cercanas aseguran que podría optar por redes sociales o una entrevista para responder.

El conflicto se desató cuando Milei señaló la ausencia de la vicepresidenta en las reuniones de Gabinete y vinculó su actitud con lo que describió como una cercanía al “círculo rojo” y la “alta política”. Según el jefe de Estado, estas posturas la alejan de las necesidades institucionales del gobierno y de las prioridades del oficialismo. “El diálogo es necesario para cumplir nuestros roles, pero Villarruel parece más interesada en lo que llama la alta política, lo que nosotros denominamos la casta”, afirmó Milei en declaraciones que resonaron con fuerza en el ámbito político.

Villarruel, por su parte, busca evitar una escalada del conflicto que agrave la ya delicada relación entre ambos. Según su entorno, su objetivo es mantener la “responsabilidad institucional”, aunque considera necesario aclarar las acusaciones que afectan su rol y liderazgo.

Un conflicto latente

El enfrentamiento no es nuevo. Las tensiones entre Milei y Villarruel se remontan a antes de su asunción y han ido creciendo con episodios como las designaciones ministeriales, diferencias por aumentos salariales en el Senado y posturas polémicas de la vicepresidenta, como su reivindicación de figuras históricas.

El reciente cruce se intensificó con una frase pronunciada por Villarruel en noviembre, cuando elogió el Senado como un espacio de “alta política”. La declaración, transmitida por el canal oficial del Congreso, fue utilizada por Milei como prueba de la desconexión de la vicepresidenta con las necesidades del Ejecutivo.

A pesar de las críticas, desde el entorno de Villarruel defienden su posición y aseguran que su ausencia en las reuniones de Gabinete responde a la dinámica del propio gobierno. “No fueron muchas las reuniones a las que no asistió, pero también hubo falta de invitaciones claras”, sostienen.

El impacto político

La decisión de Villarruel de responder públicamente podría marcar un punto de inflexión en la relación entre ambos líderes y en el futuro del gobierno. Con un panorama político cada vez más polarizado y presiones crecientes desde sectores opositores y aliados, la respuesta de la vicepresidenta será observada con lupa por todos los actores políticos.

Mientras tanto, el oficialismo enfrenta un complejo escenario con desafíos legislativos y divisiones internas que amenazan con debilitar aún más la coalición que llevó a Milei y Villarruel al poder con un histórico respaldo electoral.