Mendoza, entre los precios que más suben y los sueldos que menos crecen

La situación salarial en Mendoza entró en una fase crítica durante 2025. Mientras la inflación nacional mostró una curva descendente, la provincia se mantuvo sistemáticamente por encima del promedio del país en varios meses del año. Este diferencial de precios, sumado a un nivel salarial históricamente más bajo que el promedio nacional, generó un deterioro profundo del poder adquisitivo tanto en el sector público como en el privado.

Según la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC) y datos de sistemas de liquidación salarial como Interbanking, el salario promedio en Mendoza en octubre de 2025 rondó los $928.331, muy por debajo del promedio nacional, que superó $1.483.740. Es decir:

un trabajador mendocino gana, en promedio, un 37% menos que uno del resto del país.

A ese escenario se suma el dato estructural que arrastra la provincia desde hace años: Mendoza integra de manera estable el grupo de jurisdicciones con los sueldos más bajos de Argentina, solo por encima de las provincias del norte grande.

La inflación mendocina, por encima del promedio país

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Gran Mendoza mostró variaciones que, aunque en descenso, quedaron por encima de la marca nacional durante buena parte del 2025.

• Inflación mensual octubre 2025:
  • Gran Mendoza: 2,4%
  • Argentina: 2,3%
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• Acumulado enero–octubre 2025:
  • Gran Mendoza: 23,0%
  • Argentina: 24,8%

Si bien el acumulado aparece apenas por debajo del nacional, los picos previos y la estructura de precios locales —particularmente en alimentos, transporte, servicios regulados y alquileres— golpearon más fuerte a los trabajadores mendocinos, cuyo punto débil es justamente el nivel salarial.

La canasta básica supera al salario promedio

La Canasta Básica Total (CBT) para una familia tipo en Mendoza alcanzó los $1.092.788 en octubre. Con un sueldo promedio de $928.331, la ecuación es clara:

→ El salario medio mendocino no alcanza para cubrir la línea de pobreza.

Esto afecta tanto al sector privado como al público. En el caso estatal, aunque hubo recomposiciones parciales, estas quedaron muy por detrás del ritmo inflacionario acumulado entre 2023 y 2025, lo que generó un retraso histórico que aún no se corrige.

Sector privado: empleos más precarios y sueldos rezagados

El empleo registrado privado en Mendoza no solo paga menos, sino que además se concentra en actividades de menor remuneración promedio: comercio, turismo, servicios básicos, construcción y agro. Con convenios que corrieron detrás de la inflación y negociaciones más fragmentadas, la actualización salarial fue insuficiente para sostener el poder de compra.

Empresas locales reconocen dificultades para recomponer salarios por:

• caída del consumo,
• aumento de costos operativos,
• baja productividad,
• presión impositiva provincial y nacional.

El resultado: una pérdida sostenida y acumulada del ingreso real del trabajador.

Sector público: reclamos, paritarias trabadas y pérdida histórico

En el empleo estatal mendocino, los gremios señalan que la pérdida del poder adquisitivo supera ampliamente los dos dígitos, incluso contando recomposiciones parciales de 2024 y 2025. El retraso impacta en escalafones completos: desde profesionales hasta asistentes y ordenanzas.

A esto se suma:

• incumplimientos paritarios,
• decretos sin consenso gremial,
• cuestionamientos por el deterioro del salario inicial,
• y un creciente malestar frente a la inflación acumulada.

Los estatales mendocinos, en promedio, perdieron más poder adquisitivo que en la mayoría de las provincias comparables.

Una provincia que encarece más rápido y paga menos

El cruce de variables es contundente:

• precios que suben al ritmo de las provincias más caras del país,
• salarios entre los más bajos de Argentina,
• una canasta básica que crece más rápido que los ingresos,
• y un sector privado que no logra despegar.

El resultado es un escenario de empobrecimiento persistente y una caída real del poder de compra que se siente en los hogares, en el consumo interno, en los comercios y en las cuentas públicas.

Una crisis silenciosa que ya impacta en toda la economía provincial

El deterioro salarial en Mendoza no es solo un problema de bolsillo: afecta la competitividad, la estabilidad laboral, la recaudación y la vida cotidiana. Con sueldos que no alcanzan y precios que corren por arriba, la provincia enfrenta una de las mayores pérdidas de poder adquisitivo de los últimos años.

Mientras el costo de vida continúa presionando, la recuperación real del salario —público y privado— aparece hoy como el desafío más urgente para el futuro económico de Mendoza.