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ECONOMÍA

29 de septiembre de 2024

El Tesoro fracasa en la renovación de deuda y abre interrogantes sobre la estabilidad financiera

La última licitación del Tesoro no logró renovar la totalidad de los vencimientos de deuda, lo que obligará al gobierno a recurrir a depósitos inmovilizados. Este revés genera dudas sobre la sostenibilidad del financiamiento y el impacto inflacionario que podría traer consigo.

El Tesoro Nacional no logró esta semana renovar la deuda por 7,1 billones de pesos, lo que encendió una luz de alerta en los mercados financieros. A raíz de este fracaso, el gobierno se verá forzado a monetizar 2,3 billones de pesos que tenía inmovilizados en el Banco Central. Esta situación es vista como una muestra de la creciente resistencia de los inversores institucionales a aceptar tasas de retorno negativas, lo que complica el panorama de financiamiento público.

El resultado de la licitación arrojó un rollover del 67%, uno de los más bajos de los últimos años, dejando sin renovar una porción significativa de la deuda. La Secretaría de Finanzas, en un intento por explicar la situación, argumentó que la menor demanda de títulos públicos se debe a la recuperación del crédito privado. Sin embargo, analistas del sector señalan que buena parte de esa demanda se destina a operaciones financieras especulativas, sin impacto real en la economía productiva.

El desafío de sostener la renovación de la deuda

El presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, habían apostado a que la inflación se reduciría significativamente para septiembre, lo que facilitaba la colocación de deuda con tasas negativas. No obstante, ante el fracaso de la licitación, los inversores han comenzado a exigir mayores rendimientos, lo que complica el esquema de financiamiento.

En respuesta, el Gobierno ha anunciado medidas para octubre con el objetivo de bajar la inflación por debajo del 4%, entre ellas la reducción de precios en combustibles por parte de YPF y la postergación de aumentos en las tarifas de servicios públicos. A pesar de estos esfuerzos, las proyecciones inflacionarias para este mes se mantienen en torno al 3% y 4%, según indicadores de alta frecuencia.

Impacto de la monetización y el crédito

La decisión del Tesoro de monetizar los depósitos inmovilizados podría agregar presión sobre los precios, dado que esa inyección de dinero circulante tendrá un efecto inflacionario. A su vez, los créditos que destacan desde la Secretaría de Finanzas han estado impulsados por operaciones de “rulo”, una práctica que aprovecha el diferencial de tasas entre lo que ofrece el Tesoro y lo que cobran los bancos. Estas maniobras no reflejan una mejora en la actividad económica real, sino más bien una dinámica especulativa que contribuye a la inflación.

A pesar de los intentos oficiales por suavizar el impacto de este revés, los analistas del mercado están divididos. Algunos ven este episodio como la primera señal de alerta respecto a un posible default de la deuda en dólares, mientras que otros, como el banco de inversión CMF, defienden la visión del gobierno, señalando que la demanda de pesos y crédito privado podría estabilizar los precios en el mediano plazo.

Conclusión: incertidumbre en el horizonte

La incapacidad del Tesoro para renovar la totalidad de los vencimientos de deuda plantea un desafío importante para la administración de Milei y Caputo, en un contexto donde el financiamiento público depende de la confianza del mercado. Las próximas semanas serán clave para determinar si las estrategias del gobierno logran contener la inflación y sostener el financiamiento en pesos, o si la luz amarilla se convierte en una señal de alerta más seria para la economía argentina.

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