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ECONOMÍA

22 de septiembre de 2024

El Presupuesto 2025 aumenta la presión tributaria y deja pocas expectativas de alivio fiscal

El proyecto de ley de presupuesto para 2025, presentado por el Ejecutivo al Congreso, no promete mejoras fiscales para los argentinos. Con proyecciones macroeconómicas cuestionables, se espera un aumento de la carga impositiva y un mantenimiento del atraso cambiario, lo que afectaría seriamente al sector privado y al agro.

El gobierno estima que la inflación cerrará 2024 en un 104,4%, un objetivo difícil de alcanzar dado que la inflación acumulada hasta agosto es del 94,8%. Para llegar a esa cifra, el último cuatrimestre debería promediar un 2,3% mensual, mientras que la economía se encuentra en un rango del 4,4% mensual. El índice de inflación núcleo, que excluye precios regulados y bienes estacionales, se ha mantenido cerca del 4%, lo que indica una fuerte resistencia a la baja. A pesar de las intervenciones gubernamentales, las cifras actuales complican la posibilidad de cumplir con la meta proyectada.

Para 2025, la inflación se estima en 18,3% anual, lo que equivale a un 1,4% mensual. Sin embargo, esto mantendría el atraso cambiario, una situación que ya genera distorsiones en la economía. El turismo de compras a Chile es un claro ejemplo: el 17% de los argentinos que viajaron al exterior en julio eligieron ese país, principalmente por los bajos costos comparativos.

El sector agropecuario enfrenta un panorama aún más difícil. El presupuesto no contempla la reducción de los derechos de exportación, y se espera un aumento del 100% en la recaudación de este impuesto, afectando mayoritariamente al agro. Con precios internacionales de los granos a la baja y un tipo de cambio desfavorable, los productores se ven obligados a arriesgar capital en fertilizantes y alquiler de tierras para aumentar su rentabilidad, mientras se enfrentan a costos altos y posibles condiciones climáticas adversas como la sequía.

Además, la recaudación del impuesto a los combustibles subirá un 155% respecto a 2024, lo que sugiere una posible alza significativa en el precio de los combustibles o un ajuste impositivo mayor. Así, la presión tributaria total pasará del 22,37% del PBI este año al 22,92% en 2025, según las estimaciones.

El gobierno sostiene que la baja de impuestos ocurrirá cuando la economía crezca de manera sostenida, aunque no se especifica cuánto tiempo implicaría eso. Sin embargo, es difícil pensar en un crecimiento económico sólido con una de las cargas impositivas más altas del mundo, siendo Argentina el segundo país con mayor presión sobre las empresas, después de Comoras, una pequeña isla africana.

En conclusión, el presupuesto presenta objetivos de inflación y crecimiento económico que parecen difíciles de cumplir, mientras que el atraso cambiario y la alta presión fiscal amenazan con seguir afectando al sector privado y limitar el flujo de inversiones. A pesar de los discursos políticos, el escenario económico real plantea serias dudas sobre la viabilidad de las promesas de crecimiento sostenido.

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