Esta corriente surge para contrarrestar la cultura de la comida rápida y distraernos del momento presente. La alimentación consciente busca poner atención a la nutrición, los alimentos, su origen y tiempo de digestión. Asimismo, busca marcar un nuevo paradigma, el de la "no dieta", en oposición a las dietas modernas que se enfocan en adelgazar sin tener en cuenta la relación con nuestro cuerpo y con aquello que estamos eligiendo ingerir.

Para llevar a cabo una alimentación consciente, se sugiere seguir seis pasos propuestos por la ONG Mindful: dejar que el cuerpo alcance al cerebro, reconocer las señales de hambre real en el cuerpo, hacer elecciones alimentarias saludables, estar presente en la comida, prestar atención a las sensaciones y emociones que surgen y reconocer el final de la comida.

La práctica de la alimentación consciente permite aumentar el nivel de conciencia sobre las sensaciones de hambre y saciedad, lo que permite establecer una relación saludable con la comida. Se puede empezar a practicar en cualquier momento, incluso en la infancia. Es importante reconocer los pensamientos que tenemos vinculados con la alimentación para discernir entre aquellos que fueron adquiridos por costumbre familiar o por alguna situación emocional en particular, y aquellos que tienen bases más profundas y conscientes.

6 pasos hacia la alimentación consciente 

1. Permitir que el cuerpo y la mente se comuniquen efectivamente En lugar de comer rápidamente sin prestar atención a las señales del cuerpo, es mejor reducir la velocidad y detenerse cuando el cuerpo indica que está lleno. Al masticar cada bocado lentamente y dejar el tenedor entre bocados, se le da al cuerpo la oportunidad de alcanzar al cerebro y enviar señales de saciedad. Es importante prestar atención a las verdaderas señales de hambre y saciedad del cuerpo para una nutrición adecuada.

2. Escuchar las señales de hambre del cuerpo En lugar de simplemente comer en respuesta a señales emocionales como la tristeza o el aburrimiento, es importante prestar atención a las señales de hambre del cuerpo, como el estómago gruñendo o la falta de energía. La alimentación consciente implica escuchar profundamente las señales de hambre del cuerpo y nutrirlo adecuadamente.

3. Cultivar una cocina consciente Comer con regularidad en horarios y lugares establecidos, en compañía de otros, puede ayudar a establecer rutinas saludables para la mente y el cuerpo. Sentarse a una mesa para comer y usar utensilios apropiados son prácticas que pueden ayudar a disfrutar conscientemente de la comida. Asimismo, organizar y cuidar el espacio de la cocina fomenta una alimentación saludable y reuniones nutritivas.

4. Entender las motivaciones detrás de comer Comer alimentos que son emocionalmente reconfortantes puede ser contrario a consumir alimentos saludables. Es importante prestar atención a la velocidad en la que se degusta la comida, ya que puede influir en el gusto y el paladar. A medida que se practica la alimentación saludable, se tiende a ser menos inclinado a darse atracones de alimentos reconfortantes.

5. Conectar más profundamente con la comida Es importante conectarse con la comida a un nivel más profundo, comprendiendo de dónde proviene y cómo se produce. Valorar a las personas involucradas en la producción y preparación de la comida, así como los elementos naturales que la conforman, puede generar agradecimiento y una sensación de interconexión con el mundo natural.

6. Prestar atención plena al acto de comer Comer sin distracciones y disfrutar de la compañía de los que comparten la comida ayuda a prestar atención plena al acto de comer. Hacer múltiples tareas mientras se come puede dificultar la comprensión de las necesidades y deseos del cuerpo en relación a la alimentación.