Viernes 12 de Diciembre de 2025

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ECONOMÍA

12 de diciembre de 2025

Noviembre encendió las alarmas: sube la inflación, se deprime el salario y el peso vuelve a perder terreno

La economía argentina enfrenta el cierre del año con una inflación que persiste y vuelve a acelerar, afectando de lleno el poder adquisitivo de los hogares. Si bien los niveles son inferiores a los picos de años anteriores, los precios continúan creciendo a un ritmo que los salarios no logran acompañar, mientras la depreciación del peso suma presión a una economía que no termina de estabilizarse.

El INDEC confirmó que la inflación de noviembre fue del 2,5%, la cifra más alta en siete meses, con una variación interanual del 31,4% y un acumulado de 27,9% en once meses. La suba estuvo impulsada por aumentos en vivienda y servicios públicos, transporte y alimentos, con especial incidencia del incremento de la carne y de productos básicos que impactan con mayor fuerza en los sectores medios y bajos.

Una segunda mitad del año marcada por una inflación que vuelve a tomar impulso

Tras un primer semestre de relativa moderación, la inflación volvió a acelerarse sostenidamente desde agosto. Los registros mensuales superaron el 2% en agosto, septiembre, octubre y noviembre, configurando una tendencia clara: la inflación volvió a ganar velocidad en la segunda mitad del año.

Aunque muy por debajo de los niveles récord vistos entre 2021 y 2024, esta suba sostenida confirma que la inflación sigue siendo un problema estructural, que no se ha logrado revertir pese al ajuste fiscal, la contracción monetaria y la caída del consumo interno.

Salarios que corren detrás de los precios

La contracara de la inflación persistente es un mercado laboral donde los salarios no logran recomponer el poder adquisitivo perdido. Pese a mejoras nominales, los sueldos formales aumentaron muy por debajo de los precios en varios tramos del año, y los trabajadores informales quedaron todavía más rezagados.

En septiembre, por ejemplo, los salarios registrados crecieron apenas 1,3%, muy por debajo de la inflación del mismo mes. Esto profundiza el deterioro del ingreso real, especialmente en provincias donde la estructura salarial ya venía golpeada por la falta de actualización paritaria o por aumentos desfasados respecto a la dinámica inflacionaria.

La depreciación del peso, un motor silencioso de la inflación

Otro factor clave que explica el repunte inflacionario es la depreciación persistente del peso argentino, que presiona los precios de bienes importados y alimenta expectativas de remarcaciones. Desde mediados de 2025, el tipo de cambio registró movimientos bruscos dentro de las bandas cambiarias establecidas, con episodios de depreciación que terminaron trasladándose a los precios internos.

En un país altamente dependiente de insumos dolarizados —desde alimentos hasta medicamentos y combustibles—, cualquier inestabilidad cambiaria tiene efectos inmediatos sobre la inflación mensual y sobre las expectativas del mercado.

Mendoza: cuánto necesita hoy una familia para no ser pobre

En la provincia de Mendoza, el impacto de la inflación se siente con particular crudeza. Según la DEIE, una familia tipo mendocina necesitó en noviembre de 2025 al menos $1.150.461,46 para no ser considerada pobre, un aumento mensual superior al 5% y el valor más alto del año.

La Canasta Básica de Alimentos, que define la línea de indigencia, también se incrementó por encima del 5%, alcanzando los $447.864,14. Estos montos muestran que incluso familias con ingresos formales quedan por debajo del umbral de pobreza, especialmente en sectores estatales donde los salarios vienen creciendo por detrás de la inflación.

Un cierre de año con más preguntas que certezas

La inflación de diciembre podría continuar la tendencia alcista, según estimaciones privadas, en un contexto donde el Gobierno enfrenta la difícil tarea de estabilizar los precios sin profundizar la caída de los ingresos reales.

Pese a que 2025 cerrará con una inflación interanual inferior a la de los años previos, la percepción social sigue dominada por precios altos, salarios que no alcanzan y una moneda debilitada. La recuperación del poder adquisitivo, señalan economistas, será el principal desafío de 2026.

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