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NACIONALES

10 de diciembre de 2025

La compra de Petri, en jaque: Polonia recibirá por un dólar los Stryker que costaron 100 millones al país

Mientras Washington prepara una venta simbólica de 250 vehículos Stryker a Polonia, vuelve al centro del debate la decisión del gobierno argentino de pagar 100 millones de dólares por apenas 27 unidades usadas, descartando alternativas más baratas, nuevas y con componentes nacionales.

La controversia por la compra de blindados militares vuelve a encenderse luego de que trascendiera que Estados Unidos sellará un acuerdo para entregar a Polonia 250 vehículos Stryker por el valor simbólico de un dólar. La operación expone aún más la decisión del gobierno argentino de adquirir 27 unidades del mismo modelo por 100 millones de dólares, pese a que existían alternativas consideradas superiores y fabricadas en la región.

Los Stryker forman parte del parque militar estadounidense utilizado en Afganistán e Irak. Se trata de vehículos ágiles para el transporte de tropas y equipamiento, diseñados para operar en distintos escenarios. Sin embargo, su estado general —según medios especializados— no es óptimo: Polonia deberá afrontar reparaciones, modernizaciones y la creación de un sistema de soporte y entrenamiento para un material que nunca operó. Incluso se advierte que este ingreso podría desplazar producción propia, como la del blindado nacional Rosomak.

La operación en Europa se inscribe en una estrategia de reducción de la presencia militar de EE.UU., que busca evitar repatriar material obsoleto y, en cambio, transferirlo a países aliados de la OTAN. La lógica es similar a lo ocurrido con los F-16, que Rumania adquirió por un euro y que también puso bajo la lupa las compras de armamento del gobierno argentino.

En Argentina, la discusión se reaviva porque existía una opción que el propio Ejército consideraba más conveniente: el Guaraní de Brasil, un modelo similar al que ya opera el país y que incluye componentes argentinos, entre ellos el motor y la transmisión de IVECO.

Además, Brasil ofrecía transferencia tecnológica, fabricación local de partes y la posibilidad de adquirir las unidades necesarias sin cupos ni límites.

La diferencia económica también es contundente. La propuesta brasileña era de 161 vehículos por 400 millones de dólares, lo que dejaba cada Guaraní a un valor cercano a 2,5 millones por unidad. En cambio, los Stryker adquiridos por Argentina rondan los 3,7 millones cada uno. Si se hubiera comprado a Brasil la misma cantidad de 27 unidades, el costo habría sido de alrededor de 67 millones, es decir 32 millones menos de lo que se pagó.

A esto se suma un dato operacional clave: los Stryker no son anfibios, una característica relevante para el territorio argentino. Militares consultados habían advertido que esta limitación afectaría su desempeño en ríos y zonas inundables, y que además existiría el riesgo de recibir un lote heterogéneo, con menor vida útil y mayores costos de mantenimiento.

La controversia por la “chatarra militar”, como denuncian sectores críticos de la compra, suma así un nuevo capítulo. Entre operaciones simbólicas de la OTAN, equipos usados que otros países descartan y ofertas regionales más favorables, la decisión argentina continúa generando interrogantes sobre criterios técnicos, estratégicos y económicos.

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